Debido a que cada vez que llueve recuerdo mi libro que no acaba de salir, he decidido pedirle permiso a la lluvia con otro poema.
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Debido a que cada vez que llueve recuerdo mi libro que no acaba de salir, he decidido pedirle permiso a la lluvia con otro poema.
El cielo nos está guardando
las letras locas del manuscrito
los truenos en mi tejado...
como sus páginas en aves que se alzaran.
La lluvia se ha invertido
y ahora ya me cede el derecho a su nombre,
lluvia que rompes los muros con tus golpes firmes
así serán ahora los poemas que bajo tu nombre yo he escrito.
Y recuerdo, lluvia que no moja
que si pretendo hacerte mía
te me desdibujas entre b y v…
y Dios sabe, en que otras cosas más.
Por ello, te hago libre
del mundo y de quien en el habite,
pero quita de nosotros la furia de nombrarte,
más si puedes, déjame, publicar en tu nombre.